felipe Varela


FELIPE VARELA

Hoy para comenzar este espacio me pareció oportuno contarles en breve la vida de este hombre como es el “Caudillo Felipe Varela”, que desde hace tantos años me acompaña donde esta senda de Varela está relacionada con su nombre.

El 10 de Octubre pierde su última batalla y da motivos para los versos de una Zamba... Recorreremos una síntesis de su vida como homenaje a sus luchas. Durante varios años la casi totalidad de los caudillos argentinos fueron para la historia hombres malos, cuyas biografías estaban marcadas con leyendas de sangre y de barbarie.

A través de los años para el investigador Gerardo Pérez Fuentes, la investigación honesta está demostrando el perfil de esos conductores apasionados por grandes ideales como fueron los Gauchos Caudillos.

Nuestro coprovinciano Felipe Varela, e4s una de esas victimas, nos dice Pérez Fuentes que se debe reivindicar de quijotesca figura, intrépido Capitán de montoneros, es el símbolo del valor y sacrificio, además de un idealista que siempre soñó con una patria grande de nuestros auténticos próceres.

Desde joven fue un celoso guardián de la libertad y de la potestad de su pueblo. En 1.841 se une al Chacho Peñaloza para combatir el centralismo de Juan Manuel de Rosas, que oprimía el país en ese momento. Tenía como programa la práctica estricta de nuestra Constitución. Luchaba por la paz y el orden con las Republicas Americanas.

Ese programa queda frustrado en la batalla de Pozo de Vargas donde se juega el destino provinciano. Dentro de la ropa del caudillo se guardaba el alma del Patriota sincero que ansiaba una Argentina mejor, unida a sus hermanos americanos.

El 4 de Junio de 1.870 en Antoco moría el último montonero. Concluía con él una era, la de la resistencia de los pueblos a la estructuración del país concebida y conducida por Buenos Aires... Sus restos son traídos desde Chile a Bs. As. Donde en el diario la opinión con fecha domingo 10 de febrero de 1.974 decía:

“Hoy serán repatriados sus restos

Varela, el de la Zamba.”

Teniendo en mí poder ese documento…